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Rincón del libro (7)

viernes, 16 de diciembre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Mi canta por Boyacá

Poema folclórico de Homero ViIIamil Peralta. Es un recorrido fes­tivo por todos los pueblos de Boyacá. El autor, con lenguaje costumbrista picado de gracia y picardía, pinta paisajes, tradiciones y particularidades de la región. Hace un repaso de los hombres, valores y virtudes de la raza boyacense y se recrea en la sosegada parcela campesina, a donde el poeta deja escapar con frecuencia su espíritu desde la caótica urbe bogotana.

Piel de luna

La fina poetisa Inés Blanco, silenciosa y reflexiva en el avance de su obra,  entrega, con este título sugestivo, su segundo libro: Piel de luna. Es la suya una tierna poesía intimista llena de sensibilidad, me­táforas y recordación, donde el amor se vuelve clamoroso. Enamorada de la poesía y del alma humana, sus versos son un canto a la vida, a la ilusión y a la esperanza.

Los pasos de Egor

Óscar Londoño Pineda, libre ya de los compromisos de la magistra­tura, dedica su tiempo de reposo al oficio de escribir que siempre ha cultivado. Lleva publicados cuatro li­bros en los géneros del cuento, la novela y el ensayo, y varios más hacen turno para próxima edición. Los cuentos reunidos en Los pasos de Egor, que obtuvieron en su pri­mera salida, hace 21 años, amplios elogios de la crítica, vuelven ahora al público en reedición de Montoya Candamil Editores.

El duende de la petaca

Precioso y singular el libro que la escritora boyacense Mercedes Medina de Pacheco, experta en literatura infan­til, bautiza con el nom­bre de El duende de la petaca. La petaca es un arca o baúl (en este caso de caña) que se uti­liza en las residencias como una antigüedad para guardar cosas íntimas. El libro, que tiene la misma forma de la pe­taca, esconde un duende travieso y erudito que, llevando de la mano a dos amiguitos del hogar, se escapa hacia regiones fantásticas y hace las delicias de niños y adultos.

La escritura como pasión

Es el nue­vo libro de José Chalarca, que recoge seis ensayos sobre distintos aspectos literarios y en todos ellos cam­pea su mente lúcida que sabe ahondar en los temas para crear motivos de reflexión. Chalarca, que además es pintor, avanza en ambos frentes del arte con hondura y firmeza. Ahora trabaja en una novela y en el libro El biblionauta.

Altamar

Este poemario escrito por Óscar Echeverri Mejía entre los años 1990-1993, y publicado por la Gobernación del Valle del Cauca, se convierte en una corona para el poeta al cumplirse 50 años de la edición de su primer libro, Destino de la voz. La obra, de profundo tono romántico, navega hoy por los oleajes del alma otoñal que no cesa de latir en función de poesía en su refugio campestre de Buga. El escritor mantiene marcada predilección por las aguas –de los ríos, los mares, los campos–, y con Altamar refrenda su pasión subyugante.

Camino de versos

Un poeta nuevo de provincia, y viejo en su inclinación a los versos, surge en la ciudad de Tuluá. Se tra­ta de Jorge Penilla Moriones, alma sensible a los temas del amor, la tie­rra y la violencia, que sorprende en su primera salida con esta obra madura: Camino de versos. Dos de los poemas, de sentido so­cial, reflejan alta estirpe poética: Queja de una madre india y El muerto de la calle.

Prensa Nueva Cultural, Ibagué, diciembre de 1996

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