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Otro plagio de Evangelista Quintana

martes, 19 de marzo de 2019

Por: Gustavo Páez Escobar

En artículo de días pasados comenté el hurto literario de la Alegría de leer, famoso método de lectura creado por el educador nariñense Manuel Agustín Ordóñez Bolaños, de cuya autoría se apropió Evangelista Quintana Rentería, inspector escolar del departamento del Valle, valiéndose de la influencia que ejercía en el campo educativo. Y quedó impune. Entre 1930 y 1932 fueron publicados por él los cuatro volúmenes que conforman esta obra maestra. Se calcula que en sucesivas ediciones se vendieron alrededor de un millón de ejemplares.

Hay quienes todavía creen que el autor de la Alegría de leer es Quintana. Durante varias generaciones, este hecho se ha repetido de boca en boca y está registrado en numerosos textos bibliográficos. En cambio, el nombre del verdadero autor, el sencillo profesor Bolaños, quedó silenciado en las sombras del oprobio.

Tras rigurosas indagaciones, el connotado escritor Vicente Pérez Silva y el doctor en Historia  José Oliden Muñoz Bravo pusieron al descubierto la realidad de este melancólico suceso que ha permanecido en el olvido durante 89 años, y que sufrió con resignación, hasta su muerte, el maestro nariñense. De este modo, aunque en forma tardía, se le hace justicia al verdadero autor de la Alegría de leer. Se aplica aquí el conocido refrán: “La justicia cojea, pero llega”.

El segundo plagio de Evangelista Quintana fue el perpetrado con el libro Apuntes sobre los emblemas de la Patria, cuyo autor es Luis Antonio Bohórquez Casallas (1914-1984), oriundo de Santa Sofía (Boyacá) y doctorado en Pedagogía y Letras en la Universidad Javeriana. Fue miembro destacado del magisterio y de varias academias de historia del país y escribió alrededor de doce libros, entre ellos Breve biografía de Bolívar (1980), la que fue patrocinada por el Congreso Nacional con motivo del sesquicentenario de la muerte del Libertador.

Es otra vez Vicente Pérez Silva quien devela este hurto literario en su reciente título Anécdotas y curiosidades alrededor del libro en Colombia (Grupo Editorial Ibáñez). Guillermo Bohórquez, hijo de Luis Antonio Bohórquez, mostró a Pérez Silva fehacientes testimonios que dan cuenta del nuevo fraude de Quintana. La Academia Colombiana de Historia, conocido este trabajo sobre los emblemas patrios, expresó a Bohórquez su voz de apoyo. Este hecho consta en el Boletín de Historia y Antigüedades de la entidad (septiembre y octubre de 1946).

Viene luego un enlace entre los dos educadores. En razón de él, Quintana dirigió al autor de la obra esta comunicación: “Bogotá, abril 20 de 1950. Mi dilecto amigo: Recibí en Cali el ejemplar de su trabajo y empecé su lectura. Le agradezco la confianza. Luego le escribiré”.

En junio de 1954 salía de los talleres gráficos de la acreditada editorial Peuser de Buenos Aires el libro Símbolos de la nacionalidad colombiana bajo la autoría de Quintana. Es decir, le había cambiado el título a los Apuntes de Luis Antonio Bohórquez y con el nuevo rótulo aparecía esta edición como suya. Es bueno señalar que la editorial argentina era la misma en la que Quintana había publicado, en 1932, el segundo tomo de la Alegría de leer.

Evangelista Quintana –qué duda hay– perdió el decoro y los resortes morales para convertirse en redomado usurpador de los derechos de autor. Falta saber si las otras obras que anota el Diccionario de escritores colombianos son en realidad suyas: Historia de mi patria, Nuevo programa analítico de religión, Nueva cartilla de urbanidad y Nuevo programa de matemáticas.  

El Espectador, Bogotá, 16-III-2019.
Eje 21, Manizales, 15-III-2019.
La Crónica del Quindío, Armenia, 17-III-2019.

Comentarios 

Desde el año 2010 el blog PlagioSOS, un portal original, hemos develado en calidad de denuncia pública casos de violación al derecho de autor, en artículos en revistas indexadas, libros, trabajos de grado y tesis de posgrado. En ocho años hemos presentado 33 estudios de casos, 18 de ellos sucedidos en universidades de Colombia, públicas y privadas. A pesar de aportar todas las pruebas y evidencias documentales de plagio a las directivas institucionales, la inmensa mayoría de los plagiarios disfrutan de silencio e impunidad institucional. Tal vez en los medios de comunicación oficiales reporten esos casos. www.plagios.org/casos/ 

Envié copia de su denuncia anterior sobre el plagio de Alegría de leer, a la cual agrego mi comentario: aún contamos con el valor civil de algunos escritores/periodistas. Aleluya, nos quedan la fe y la esperanza. Ahora enviaré esta otra denuncia. Fui compañero del profesor Luis Antonio Bohórquez Casallas en la Asociación de Autores Colombianos de Obras Didácticas –Aucoldi–. Javier González Q.

Quisiera manifestar que como vallecaucano da pena saber que hemos tenido aquí a semejante pícaro, aunque en honor a la verdad, de ellos en Colombia estamos llenos. Octavio Cruz (correo a El Espectador).

Ahora sí quedé atembado (palabra hoy desconocida para muchos) al leer este artículo y enterarme de que el usurpador Quintana lo fue no solo de la Alegría de leer, sino también de otra obra y otro autor. Qué desfachatez la de ese Quintana, quien más bien era un pícaro que otra cosa. Experto cazador de oportunidades para usurpar autorías y sus derechos. Gracias al investigador Pérez Silva se ha desenmascarado, aunque tardíamente, a este individuo tramposo y deshonesto. Eduardo Lozano Torres, Bogotá.

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