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El ‘niño’ Miguel Lesmes

sábado, 11 de febrero de 2012

Por: Gustavo Páez Escobar

La edad cronológica no ha contado en la vida de Miguel Lesmes, un niño grande que acaba de cumplir 87 años con absoluta lucidez mental y dedicado de lleno a su labor periodística en medio del aprecio de la ciudadanía de Armenia, donde publica desde hace mucho tiempo la Revista El Niño.

Caso singular el de esta publicación nacida en Manizales en febrero de 1954, y que con la edición número 381 de diciembre pasado cumple 56 años de ejercicio continuo. Más significativo aún es el caso de Miguel Lesmes, quien como cabo 2° de la Policía, vinculado en Manizales como agente de protección infantil, acomete la idea de fundar esta revista como abanderada de la niñez, y que trasladada años después a la ciudad de Armenia, incrementa su misión con énfasis en el servicio social a la comunidad.

Lesmes se retiró de la Policía luego de 31 años de servicios, algunos de los cuales trascurrieron en comisiones de orden público, donde tuvo que afrontar los rigores de la violencia que se enseñoreaba del país. En su desempeño policivo realizó diversos oficios, algunos de modesta condición, como palafrenero, sastre y mozo de mandados. Hoy se jacta, además, de haber aprendido la ciencia culinaria y haberse formado, bajo la disciplina de la entidad, como hombre práctico para la vida civil.

Escogido por sus maneras amables para el área de protección de los niños, allí forjó su futuro. En esta tarea pasó varios años en los parques de Manizales, donde en convivencia estrecha y afectuosa con la población infantil descubrió el alma pura del niño y se convirtió en apóstol de su causa. Desde entonces le surgió el propósito de crear una revista dedicada a los niños, como puente espiritual para seguir velando por ellos e inculcándoles normas de conducta ciudadana.

No se ha dejado abatir por los años, porque su alma se conserva juvenil. Ahí está su secreto. Recuerdo a Miguel Lesmes, durante mi estadía en Armenia, como perfecto caballero que mantenía excelente trato con la gente, dentro de su espíritu siempre jovial que le ha permitido ganarse la simpatía de la población. Vinculado al periodismo, su mira son las causas cívicas.

Difícil entender cómo ha logrado sostener durante 56 años su pequeña revista, que se asimila al tamaño de un niño, para la que debe sudar los avisos publicitarios, poco generosos para tales fines. Aun así, no se ha dejado ganar la partida. Este milagro de supervivencia no solo es para él, que le ha tendido una trampa a la edad cronológica, sino para su entrañable publicación, que tampoco envejece.

El número de diciembre está matizado, como es habitual en El Niño, con páginas amenas, formativas y culturales, tanto para chicos como para grandes. En un espacio destinado al saludo navideño y de Año Nuevo para los lectores, se lee: “Hemos procurado siempre que los artículos impresos en cada edición sean de gran aceptación por niños de cinco a cien años”. Hay de todo un poco en la revista: normas cívicas, historia, urbanidad, humor, poesía, crónica literaria…

También está el saludo del general Óscar Naranjo Trujillo, director general de la Policía, quien expresa lo siguiente al antiguo cabo 2°, dedicado hoy al noble oficio del periodismo y a su cruzada como defensor de los niños: “Aprovecho la oportunidad para expresarle mis felicitaciones por la edición del número 380 de la Revista El Niño, documento que a través del tiempo ha permitido la libre expresión de las ideas”.

Aleccionador este ejemplo de un hombre sencillo y emprendedor que ha sido capaz de sacar de la nada una empresa dedicada al bien común y sobre todo al mundo de la niñez.

El Espectador, Bogotá, 12-I-2011.
Eje 21, Manizales, 12-I-2011.
La Crónica del Quindío, Armenia, 15-I-2011.

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Comentarios:

Sumamente merecida esta columna sobre ese apóstol que es Miguel Lesmes. La región está en mora de hacerle, en vida,  el homenaje que se merece. Hay una marcada tendencia en nuestra idiosincrasia a realizar los homenajes y reconocimientos cuando los mejores hijos de nuestra sociedad han partido. Diego Ramírez Mejía, Manizales.

Puedo asegurar que nadie le había hecho antes un reconocimiento a Miguel Lesmes. Su altruismo y su dedicación son admirables. Esperanza Jaramillo, Armenia.

Loable este reconocimiento a Lesmes, periodista menospreciado por gacetilleros de pedigrí impostado. Ángel Castaño Guzmán, Armenia.

 

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