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El agua y el aceite

martes, 4 de julio de 2017

Por: Gustavo Páez Escobar

Nadie, con mediano conocimiento de la realidad nacional, puede augurarle éxito a la alianza de Uribe con Pastrana (SEMANA n.° 1834). Son dos personajes antagónicos que a lo largo del tiempo han dado muestras divergentes en los ajetreos de la política. Matriculados en distinto partido, este hecho los sitúa en orillas opuestas, y en ocasiones pugnaces, por más imágenes hermanables que transmiten hoy al país. Quieren alinearse con la consigna de combatir los acuerdos de La Habana –lo cual produce dividendos políticos–,  y pregonan  la intención de conquistar en 2018 la Presidencia de la República con el nombre que salga del Centro Democrático, cuya voz cantante será la de Uribe. No la de Pastrana. No se sabe a cuál de los dos le gusta más el protagonismo. Es aquí donde van a chocar en forma quizás inevitable (una vez más), ya que ninguno se resignará al segundo puesto. A ambos los seduce el demonio de la figuración, y ninguno permitirá que el otro lo opaque o le quite campo de acción.

Veamos estas perlas. Palabras de Pastrana el 5 de septiembre de 2012: “Uribe es el único colombiano que nunca le dio a Colombia la posibilidad de paz”. Por su parte, Uribe se fue lanza en ristre contra su adversario del momento: “Pastrana entregó al país literalmente ‘secuestrado’”. En el gobierno de Santos, manifestó Pastrana: “Mis asesores están siendo llamados al nuevo gobierno, los de Uribe están siendo llamados a indagatoria”. Y esto dijo Uribe: “Pastrana vive en trance de picarme pleito, pero yo soy un caballo cochero, que solo mira para adelante”. Es larga la historia de encuentros y desencuentros entre los dos exmandatarios. El país la conoce muy bien. Cabe preguntar: ¿qué tanto alcance tendrá la fementida alianza? ¿Alguna vez han logrado mezclarse el agua y el aceite?

Semana, n.° 1835, Bogotá, 2 de julio de 2017.

Comentarios

Yo creo que el agua y el aceite también se juntaron con Santos y Samper, hoy amigos de marras. Recordemos los editoriales  y cartas de Santos contra Samper desde El Tiempo, con ocasión del proceso 8.000. Jaime Vásquez Restrepo,  Medellín.

Eso es lo que se llama auténtica politiquería. Son los típicos vaivenes que los politiqueros en época preelectoral ponen en práctica para tratar de capturar votos. Y como hay muchísimas personas desinformadas, ignorantes o fanáticas, caen en la trampa y convierten a estos farsantes en ídolos. Y mientras tanto los problemas del país, encerrados sin solución en el baúl del olvido. ¿Cómo progresar así? Eduardo Lozano Torres, Bogotá.

Estos personajes son realmente vergonzosos para un país que quiere la paz y la equidad. Pero es aún más deprimente evidenciar que estos especímenes tienen seguidores. Al final el odio los derrotará en los espacios políticos. Esperanza Jaramillo, Armenia.

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