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Colombia y el continente

jueves, 15 de diciembre de 2011

Salpicón

Por: Gustavo Páez Escobar

Este libro de Otto Mo­rales Benítez, el núme­ro 49 de su producción, publicado por la Universidad del Quindío, recoge diversos te­mas que ha ventilado el autor en sesudos ensayos sobre aconteceres po­líticos y culturales de Colombia y Latinoamérica.

La autoridad que a Morales Benítez le concede el hecho de ser uno de los observadores y estudiosos más conspicuos de la evolución de nuestros pueblos, y que ha llegado con ma­yor hondura y familiaridad a no pocos caudillos y hombres de letras de las naciones ameri­canas, convierte este volumen en cátedra del pen­samiento.

Peregrino de países y culturas diversas, catador de libros, es­crutador de personalidades, sus enfoques son densos y cer­teros. No ha sido un viajero ocioso, de esos que convierten el viaje en simple excursión tu­rística, sino un diletante per­tinaz que se consume, como los buceadores, en el alma de lo ignoto.

Como se ha mantenido siempre en plan de estudio e indagación, sus ensayos no descansan en la búsqueda de los temas que lo apasionan. So­bre una misma materia que ha herido su sensibilidad, ha es­crito, a lo largo de la vida, di­ferentes enfoques que no hacen otra cosa que perfilar las ideas para afianzar los conceptos.

Tal, por ejemplo, el caso de Víctor Raúl Haya de la Torre, uno de los líderes de América que mayor asombro y respeto le han causado. La del caudillo aprista es una imagen obsesiva que lo ha cautivado desde sus mocedades. Morales Benítez se ha metido en tal for­ma en la ideología del luchador demócrata, que lo ha tomado como inspirador de sus propias ideas. A través de no pocos escritos ha estudiado su perso­nalidad.

El ensayo que se di­vulga en este libro –correspon­diente a la lectura que en enero de 1989 realizó en nuestra em­bajada en Lima– es una pe­netración más en este modelo social. Sin duda, el escritor co­lombiano es uno de los ma­yores intérpretes del líder aprista. Lo mismo que ahonda en la figura de Haya de la Torre, lo hace con otros prohombres del continente. Analiza algunos tópicos de la idiosincrasia ame­ricana, pasando la mirada so­bre hechos políticos y matices culturales que protagonizan la historia.

América, tierra gran­de, geografía convulsionada, necesita ojos críticos como los de Morales Benítez para saber entenderla y propiciar su de­sarrollo.

Hay que felicitar a la Univer­sidad del Quindío, y en forma particular a Henry Valencia Na­ranjo, su rector, por este logro editorial que no sólo destaca material valioso, si­no que evidencia la calidad de las artes gráficas que allí se cultivan. Loable propósito este que persigue estimular la obra de los escritores. Ya son varios los libros que en los últimos meses han salido de la Uni­versidad del Quindío, y otros se hallan en camino. De esta ma­nera, el alma máter de los quindianos demuestra su compro­miso con la sociedad y la cul­tura.

El Espectador, Bogotá, 9-II-1996

 

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