Inicio > Boyacá > Soatá con carretera

Soatá con carretera

viernes, 16 de diciembre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Logra Soatá, tras un siglo de penalidades, tener carretera pavimentada. Los pocos kilómetros que faltaban desde la salida de Susacón, donde la obra –que ya estaba a punto de llegar a mi pueblo olvidado– se paralizó por largo tiempo, al fin fueron conclui­dos. Desesperante y monstruosa esta in­diferencia con una de las carreteras vita­les para el progreso del país –la que va de Bogotá a Cúcuta–, que el presidente Re­yes impulsó a comienzos del siglo hasta Santa Rosa de Viterbo. Y allí se quedó dormida por una eternidad.

Contra esa eternidad, o sea, contra la apabullante incuria oficial, no se cansó de protestar Eduardo Caballero Calde­rón. Al caballero de Tipacoque lo leían, claro está, los presidentes y los ministros del ramo, pero no le hacían caso. Y lo de­jaron morir sin que la carretera llegara hasta su pueblo.

Detenido hoy el milagro en Soatá –noticia que merece destacarse con letras de periódico como tributo a las sinfonías inconclusas que gastan cien años en su ejecución–, habrá que pre­guntarnos cuántos años más se gastarán para realizar los 13 kilómetros que sepa­ran a Soatá de Tipacoque.

No hagamos cuentas alegres respec­to al avance de la vía hasta Capitanejo, y mucho menos hasta Cúcuta, porque pa­ra estos propósitos se requieren volunta­des progresistas y patrióticas (tan escasas en nuestros días) como la del presidente boyacense Rafael Reyes, que tantas obras públicas construyó en el país. ¿Cuándo Boyacá volverá a tener líderes de verdadera dimensión nacional?

He celebrado con Carlos Eduardo Vargas Rubiano, hoy el mayor promotor del progreso boyacense, la buena nueva de esta carretera eterna. Me comenta él que ojalá los descendientes de Caballero Calderón rediman la legendaria hacien­da de Tipacoque, erigida como Monu­mento Nacional en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, y que hoy amenaza rui­na, para levantar una gran hostería que atraiga turistas hacia aquellas tierras de maravillosos paisajes. Excelente idea.

El norte de Boyacá recibe algún alivio con la conversión de sus viejos caminos en vías pavimentadas. Esto es halagüeño, pero no suficiente. La pauperización que allí se vive a causa de la esterilidad de las tierras, de la falta de industria y de los es­casos medios de subsistencia, ha creado, tras largos años de orfandad causada por los gobiernos, un dramático estado social que reclama urgente atención. Los grupos guerrilleros, que cada vez pene­tran más en aquellos contornos, desdi­bujan el sosiego pastoril de otras épocas y agravan la miseria.

De todas maneras es preciso aplaudir la llegada de la carretera a la Ciudad del Dátil. No hay mal que dure cien años.

El Espectador, Bogotá, 19-I-1998.

 

Categories: Boyacá Tags:
Comentarios cerrados.