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Periodismo carcelario

sábado, 30 de abril de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Llegó a Armenia un director de cárcel con alma de periodista. Per­sona activa, amable, humana. Dicen que hizo buena obra. No sé por qué salió del puesto. Fun­dó un periódico. Estaba bien editado; demasiado bien para ser impreso en el penal. Pero el periódico murió con la salida del director. ¡Lástima grande porque la sociedad necesita periodismo en las cárceles! Repasando mis archi­vos encuentro un grato recuerdo, que no me resisto a transcribir:

Armenia, junio 10 de 1972. Señor don Fabio Gómez Gómez, director del periódico Cultura. Amigo director: Me hallaba en mora de hacerle llegar mi voz de aplauso por la aparición del periódico Cultura, que, fundido en los talleres carcelarios, hace evidente el sentido de la rehabilitación del hom­bre. Causa asombro y admiración el encontrar que sea la propia mano del preso, la misma que a lo mejor se exaltó en el torbellino de la vi­da, la que ahora acomoda con pacien­cia y reflexión las hileras del plomo que fabrica ideas, en lugar de causar estragos.

Llegado el periódico a su cuarto nú­mero, en tan corta existencia, sorpren­de ante todo la tenacidad de la empre­sa, y luego es preciso destacar el esfuer­zo de quienes hacen posible la apari­ción de estas páginas de maravilloso contenido periodístico.

Encuentro en el último número los generosos conceptos que sobre mi no­vela Destinos cruzados escribe el pe­riodista Ariosto Cardona A. Sus pala­bras me alientan y entusiasman. Me parece extraordinaria la ocasión para sentirme orgulloso al ver comentada mi obra en el órgano que busca rehabilitar al hom­bre. La esencia de la novela es la rehabilitación.

Mil gracias al amigo Cardona por el buen enfoque de sus comentarios. «Pueda ser que no sea usted un hués­ped de paso en la literatura», me re­cuerda el periodista. Yo le contesto que confío no serlo, pero si así fuera, estoy ya recompen­sado sabiendo que mi libro ha llegado a manos del recluso, llevándole un mensaje de esperanza en la vida.

Una cordial congratulación. Me apropio la idea del amigo Ariosto para decirle a usted: “Pueda ser que no sea usted un huésped de paso en el periodismo”. ¡Adelante! Cordialmente, GPE

La Patria, Manizales, 4-II-1974.

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