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Archivo Regional de Boyacá

viernes, 11 de noviembre de 2011

Salpicón

Por: Gustavo Páez Escobar

En Boyacá existe una enti­dad vigilante del pasado: el Archivo Regional de Boyacá, organismo que, adscrito hoy a la Academia Boyacense de Historia, viene funcionando desde el siglo pasado (año 1882) con el nombre inicial de Archivo Histórico del Estado Soberano de Boyacá, que así fue bautizado en aquella época.

En 1905, al establecerse el Centro de Historia (hoy Aca­demia Boyacense de Historia), fundado por el canónigo Cayo Leonidas Peñuela y otras eminentes figuras de la región, la nueva entidad se hizo cargo de los documentos pertene­cientes a la antigua provincia de Tunja (Boyacá, Cundinamarca, los Santanderes y parte de Venezuela), que mantenían adecuada organi­zación gracias al paleógrafo tunjano Emeterio Moreno. Esta labor la continuó don Ramón C. Correa, decano hoy de los historiadores de Colombia.

Corriendo el siglo, el go­bernador Nicolás García Samudio, que era al mismo tiempo presidente de la Aca­demia Boyacense de Historia, mandó empastar 600 legajos documentales (labor realizada por los presos del panóptico de Tunja), con lo que se daba un paso grande para resguardar, ordenar e incrementar los ar­chivos históricos. Esta función se ha mantenido por parte de los sucesivos presidentes de la Academia hasta el momento actual, cuando el Archivo Regional está convertido en real patrimonio de Boyacá y del país.

Esta entidad, con carácter descentralizado, fue creada en 1983 gracias a la iniciativa del notable historiador Jorge Pa­lacios Preciado, actual director del Archivo General de la Na­ción; y en 1990 se estableció como fundación, con los si­guientes miembros: Academia Boyacense de Historia, Insti­tuto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá, Banco de la Re­pública y las notarías 1ª. y 2ª. de Tunja. Recibe además apoyo de la Fundación para el Pa­trimonio Cultural Colombiano y del Instituto Colombiano de Cultura.

Funciona el Archivo Regio­nal en el claustro de San Agustín, antiguo panóptico de Tunja, una de las joyas colo­niales más preciadas de esta ciudad. Es su directora la licenciada Myriam Báez Osorio, gracias a cuya versación y dinamismo se cumplen efica­ces programas sobre la conservación y clasifi­cación de los documentos y se presta esmerado servicio a los investigadores y gente culta del departamento y del país. La Universidad Tecnológica y Pedagógica ofrece valiosa asesoría mediante cursos y otros sistemas fundamentales

En los archivos reposa la memoria de los pueblos. No habrá historia sin fuentes de información. Por eso, esta entidad, consciente de su misión, es la encargada de rescatar y difundir el patrimonio histórico del departamento. La rica documentación que allí se protege y se ordena con los rigores de las técnicas modernas –mediante guías, índices, catálogos y demás derroteros de esta ciencia, hoy ya en el proceso de la era computarizada– invita a otras regiones a preocuparse de su historia y de sus raíces vernáculas.

Papeles que vienen desde el siglo XVI, como libros del cabildo y documentos eclesiásticos, notariales y militares guardan el alma del pasado. La hemeroteca custodia importantes colecciones, como la de la revista Cultura, fundada en 1950 por Eduardo Torres Quintero —el «caballero andante de la cultura de Boyacá»— e interrumpida en 1973 con su muerte; es de las publicaciones más valiosas que haya tenido el país y que ahora será reanudada  por el Instituto de Cultura y Bellas Artes de Boyacá. Excelente noticia.

El Archivo Regional de Boyacá es un lujo para esta tierra que ha sabido mantener los símbolos de su idiosincrasia como fuente inspiradora de la grandeza.

El Espectador, Bogotá, 14-VI-1991.

 

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