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Quindío: 40 años

domingo, 25 de julio de 2010

Por: Gustavo Páez Escobar

Hace 40 años, el primero de julio de 1966, el presidente Guillermo León Valencia sancionaba la ley segunda de ese año, según la cual nacía el departamento del Quindío tras intensa campaña regional. Como primer gobernador fue designado el senador Ancízar López López, uno de los abanderados de la separación de Caldas junto a las fuerzas más representativas de la dirigencia quindiana.

Desde que el Quindío hacía parte del departamento de Caldas –año de 1905, luego de pertenecer a Caldas–, estaba inconforme con esa anexión, a pesar de haberla buscado por intereses de cercanía geográfica e identidad étnica. La indiferencia con que Caldas trató al territorio quindiano, sumada a la concentración de poder en la ciudad de Manizales, determinaron a la postre el rompimiento.

Pasados los años sin que aparecieran reales hechos de armonía geográfica y administrativa, los quindianos no solo se sintieron marginados por sus hermanos mayores, sino que aspiraban, con legítimo derecho y visión de futuro, a constituir un conglomerado autónomo para propender por mayor desarrollo, el que estaba detenido en razón de aquella dependencia inoperante.

El rechazo a la prepotencia manizaleña tuvo su primera manifestación masiva en marzo de 1920, cuando en Armenia y Calarcá ocurrieron fuertes protestas frente a los abusos cometidos contra los sembradores de tabaco. Además, en la mente de los quindianos se hallaba fresca la imagen de la Compañía Burila (fundada en Manizales en 1884), que representó para la tierra quindiana, dentro de desviadas acciones colonizadoras, todo un tormento para los pobladores.

Esta suma de rebeldías explotó con mayor ímpetu y cohesión en los años 50, época en que se creó la campaña “Pro Departamento del Quindío” como fuerza política y cívica que aglutinaba a lo más granado de la sociedad. Surgirían muchas trabas para el buen éxito de la misión, pero los habitantes, que se han caracterizado por su ánimo de lucha, laboriosidad y libertad (signos demostrados por los pijaos en su aguerrida rivalidad contra los españoles), no se detuvieron ante ningún escollo y ganaron la batalla.

Medio siglo atrás habían derrotado a la Compañía Burila. Y al paso de los días lograron, como base para asegurar el futuro independiente, avances significativos como la llegada del ferrocarril, la interconexión vial con todo el país y el auge de la industria cafetera. A esto se sumó la creación de la Universidad del Quindío, de la Octava Brigada, del Tribunal Superior, de la Corporación Autónoma Regional del Quindío y de la Diócesis de Armenia.

Cuatro municipios más de la hoya del Quindío: Caicedonia, Sevilla, Alcalá y Ulloa, afines con la región quindiana por su aspecto geográfico, cafetero y etnológico, han debido hacer parte del nuevo departamento, pero los políticos del Valle condicionaron su apoyo a que se desistiera de esa pretensión. “El Quindío siempre ha vencido imposibles”, dice Horacio Gómez Aristizábal. La aprobación de la ley fue determinada por un voto de diferencia.

Cuarenta años después, los cuatro municipios citados continúan aspirando a su incorporación al mapa quindiano, por considerarse menospreciados por las autoridades del Valle. En estos días se presentaron manifestaciones de protesta en Sevilla y Caicedonia y allí se conformó, como en el pasado sucedió frente a Caldas, el “Comité Pro Integración al Quindío”. Hay aspiraciones legítimas que se reprimen por la fuerza de intereses caprichosos, y a lo largo del tiempo estallan y buscan los cauces naturales.

Raza altiva la de los quindianos, que no se arredra ante ningún reto ni adversidad (como la producida por el terremoto de 1999, desastre que fue superado con el mayor florecimiento de Armenia y la región) y que gracias al tesón, coraje y espíritu comunitarios hizo la proeza de fundar en escasos 2.000 kilómetros cuadrados el departamento más pequeño del país, constituido por doce municipios e impulsado por su gran potencial agrícola y humano.

En la hora presente, cuando la región celebra con júbilo y orgullo los 40 años de vida independiente y rememora la serie de realizaciones admirables que ha ejecutado, siente, al mismo tiempo, desazón por el desvío de las sanas costumbres por parte de fuerzas oscuras –entre ellas, la del narcotráfico y la delincuencia común–, que en los últimos años llegaron a empañar el encanto campestre.

Y llora la muerte de su líder Ancízar López López, primer gobernador, en manos de mentes depravadas que le asestaron duro golpe al alma de la sociedad. Esta efemérides, siendo gloriosa, está enturbiada por el dolor. Tal es la condición humana: alegría y lágrimas.

Pero el Quindío, consciente de su realidad y puesta la mirada en nuevos derroteros, enarbola hoy la bandera de su gesta histórica y prosigue el camino con renovada esperanza. Y habrá de derrotar a los enemigos del progreso y la civilización, como otrora lo hizo con serios escollos que parecían invencibles.

El Espectador, Bogotá, 27 de junio de 2006.

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Comentarios:

Has hecho una excelente síntesis histórica de los principales acontecimientos que han marcado el desarrollo y la actualidad de nuestra tierra. Esperanza Jaramillo García, Armenia.

Muy buena tu columna y oportuna. Te cuento que en la Academia de Historia del Quindío acabamos de editar una conferencia del historiador risaraldense Ricardo de los Ríos quien, en una charla amena y llena de significados, habló de la creación de nuestro departamento desde la perspectiva pereirana. Paradójicamente cuenta –entre otras cosas– que la mayor fuerza por la segregación no la hicieron los liberales, sino los conservadores: en algún momento se dieron cuenta que el conservatismo apenas era el 15% de la votación azul de Caldas, pero que con la nueva sección ellos pasaban del 15% al 50% del poder por obra y gracia de la milimetría y de la paridad frentenacionalista. Jaime Lopera Gutiérrez, Armenia.

Valioso documento tu columna sobre los 40 años del Quindío. En una apretada síntesis has dicho más cosas que en muchos libros. La imprimí para conservarla. José Jaramillo Mejía, Manizales.

Aunque el señor Páez habla del Quindío muy bien, sería bueno que también él y otros escribieran más sobre ese camino que Colombia necesita para que así como el Quindío se fue bien hacia el futuro con problemas, Colombia no pierda la esperanza y podamos por medio de las letras acabar con los que ya sabemos. Lucho Sánchez.

Es emocionante y nostálgico leer palabras tan especiales como éstas, en la lejanía. Quindío, corazón mío, ya cumples 40 años y nosotros los que nacimos y crecimos entre esas bellas montañas, seguiremos luchando por tu armonía, mejoramiento y progreso. Lo felicito, señor, por estas palabras y la buena descripción que hizo de una tierra tan especial y sus pobladores. Dios bendiga mi tierra. María Isabel Cardona.

Muy inspirador, Gustavo. Muchas gracias en nombre de todos los quindianos. Gloria Chávez Vásquez, Nueva York.

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