Inicio > Instituciones > Líderes de la comunidad

Líderes de la comunidad

lunes, 17 de octubre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Fenalco en Armenia me pide un comentario para su revista, invitación que  atiendo con el mayor gusto para corresponder al amable deseo de que mi voz continúe escuchándose en los predios quindianos después de mi retiro, luego de 15 años de vínculos estrechos con la región.

Hablemos de lo que deben ser las entidades representativas en el desarrollo de las regiones. Tal el caso de Fenalco, uno de los organismos de mayor valía en el país, cuyo liderazgo es indudable en cabeza de su actual presidente, el doctor Juan Martín Caicedo Ferrer, que representa una opinión respe­table y sabe movilizar temas de palpitante interés dentro de la sana controversia social y económica. La presencia de Fenalco en Armenia, cuya dirección ha estado confiada a co­merciantes prominentes de la ciudad, es el reflejo de lo que pesa el gremio en el país.

Para que este gremio se haga sentir, se requiere una adecuada organi­zación y la fijación de pautas serias para el cabal comportamiento de sus propó­sitos. Si «la unión hace la fuerza», sin ella es inútil pretender el progreso. Con el combustible de la unión, bien sea en el campo cooperativo, laboral o de asociación de intereses comunes, no hay fuerza que se resista, ni meta que no se alcance. Pero para ello es necesario que las campañas sean sensatas y que los líderes gocen no sólo de capacidades directivas sino de prestigio personal.

Ejemplos como el de la fundación de la Universidad del Quindío, creación del departamento, empuje del Comité de Cafeteros, preocupación de la Sociedad de Mejoras Públicas para el embellecimiento de la ciudad, subsistencia del Museo Arqueológico, etcétera, no serían realidades si no tuvieran promotores decididos. La cultura regional, otro aspecto que hace distin­guir al Quindío en el país, no sería evidente sin sus escritores y poetas, inclusive contra el desgano de ciertos gobernantes que no entienden la cultura como parte básica del progreso de los pueblos.

Los pueblos necesitan líderes. Si no existen, hay que formarlos. Formemos primero los líderes y después llegarán los beneficios. Las llamadas fuerzas de presión son recursos naturales para la defensa y la búsqueda de soluciones. El comercio, la industria, la agricultura, la banca, la educación, la acción comunal son mecanismos propios de cualquier sociedad y deben participar de manera activa en el gobierno local. Pero se requieren sentido de asociación, desvelo por los intereses comunitarios, prestancia de sus man­datarios, habilidad para negociar, transigir y saber llegar a los estamentos de decisión.

En Armenia se echan de menos mayores empeños cívicos para la mejoría de los servicios públicos, para la ampliación de las vías y buena presentación de las calles, para la creación de nuevos polos de desarrollo y para la conquista, en fin, de un liderazgo sólido. «Menos política y más administración», son palabras del general Rafael Reyes. Hay gente preparada, pero no se compromete o no se le permite el acceso a los puestos de mando.

*

Armenia crece con vigor pero sin la necesaria planeación. Hoy todo le queda estrecho. Hay que ampliar la infraestructura para que la ciudad y sus crecientes necesidades quepan en linderos razonables de expansión.

Líder es el que influye con juicio recto en la sociedad, evita los abusos de las autoridades, lucha por las tarifas justas, vigila la moral pública y ayuda a bien gobernar, y ante todo consi­gue mejores sistemas de vida para los ciudadanos y para el avance regional.

El Espectador, Bogotá, 25-IV-1985.

 

Categories: Instituciones Tags:
Comentarios cerrados.