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Inducción a la ecología

lunes, 17 de octubre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Tullo Bayer, personaje muy conocido en el país y sobre todo en Manizales, donde fue secretario de Salud y adelantó resonantes campañas moralistas y sociales, entre ellas una contra la adulteración de la leche y otra sobre la prostitución, reside desde hace años en París. Allí se ocupa de diversas actividades intelectuales y llama la atención por la profundidad de su cultura y la novedad de las tesis que esgrime.

Como estudioso de tiempo completo, devorador de libros y gran movilizador de ideas, se desempeña lo mismo en los caminos de la ciencia y de la filosofía, que de la política (entendida ésta como el arte de mover estados, y ajeno hoy a los ajetreos partidistas de Colombia) y de las innovaciones tecnológicas de la época.

Tiene derecho a diez consultas anuales con la Enciclopedia Británica, de las que hace riguroso uso. Adelanta ahora una interesante investigación sobre el cocuyo, y principalmente sobre los pormenores de la reproducción de este insecto, que no se conocen muy en detalle, sobre todo en lo que hace relación con la «luz fría» que emiten en morse, como un vocabulario de atracción sexual.

A Tulio Bayer le interesa, por encima de todo, la causa del hombre. Y lo preocupa la suerte de la humanidad, o la destrucción paulatina del planeta, amenazado hoy por el atentado contra las especies animales y el deterioro  gradual y casi inadvertido de las defensas orgánicas de la tierra. Como una muestra de esas inquietudes, copio para interés público algunas de las  manifestaciones de su última carta:

“Recibo muchísimas cartas de Colombia, cada día con mayor frecuencia. Por la que te acompaño quiero que te informes que la ecología la quieren dejar como materia del bachillerato, sin mayor difusión, y como algo oficial. Todo esto sirve, pero no es el ecologismo, la ecología política. No hay en Colombia conciencia ecológica.

«No hay sociedades de consumidores, esto es, gente organizada para controlar los productos que nos venden, publicando una revista en la que aparezca la calidad de los mismos probada en un laboratorio, la relación del producto con su peso, con su precio. Y la exactitud o la inexactitud de lo que dicen los fabricantes. Primer paso: crear una sociedad de consumidores en cada ciudad, en cada departamento, y hacer de modo que los consumidores (todo el mundo es consumidor) controlen lo que nos quieren meter a la fuerza, a base de propaganda casi siempre mentirosa.

«Y segundo paso: crear sociedades de amigos de la Tierra que defiendan los ríos, el agua, el aire, el paisaje, que también es de todos nosotros. Ningún gobierno lo ha hecho, no lo harán los políticos. Sólo el pueblo mismo podrá, como ya lo está haciendo en California (USA), en Alemania, aquí en Francia, en todo el mundo civilizado, controlar los asaltos de los industriales amangualados siempre con los políticos, sean cuales fueren.

«La ecología, el ecologismo, puede ser la ideología del 80% de los colombianos que no votan. Y yo diría que puede llegar a ser la verdadera fuerza política que nos salve, si hemos de salvarnos».

Tullo Bayer es, ante todo, científico y filósofo. Hombre que piensa. Hay que buscar sus ideas, enfrentarse incluso a ellas, de ser preciso, y desterrar la mentira de que se trata de un «locato». Para combatir a los hombres, primero hay que leerlos.

La Patria, Manizales, 7-VI-1982.

 

 

 

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