Inicio > Quindío > Después de las fiestas

Después de las fiestas

martes, 11 de octubre de 2011

Por: Gustavo Páez Escobar

Acaso el mayor problema de la diversión consiste en que hace perder el ritmo de la vida y a veces la noción del trabajo. Lo cual, de otro lado, resulta un paréntesis saludable pa­ra aislar las asperezas del duro batallar.

Armenia ha realizado grandes festividades, con orden, altura, variedad de programas y representación popular. Parece como si nada se hubiera olvidado para que el pueblo pudiera divertirse a bajo costo. Nunca habíamos visto tanta profusión de actos culturales y tanta gente participando en ellos.

La esencia la puso la cultura. Una cultura que se extiende no sólo al realce en sí de los valores intelectuales de la región, a la difusión de la música nacional y a la presencia de figuras eminentes como Jorge Robledo Ortiz, Rodrigo Correa Palacio y Jorge Villamil, sino a las demostraciones de urbanidad y efusión de que hicieron gala los armenios. Es una manera de irradiar con simpatía y provecho la imagen de esta tierra cálida.

Grabado en el bronce perdurable ha quedado el soneto de Carmelina Soto dedicado a Armenia. Es como si el bello poema hubiera sido fundido en el propio co­razón de la ciudad. Creo que por su simbolismo y proyección es el gesto central de las fiestas. El gobernador Silvio Ceballos Restrepo supo interpretar el sentimiento del pueblo y motivar a las generaciones futuras para que cuiden las expresiones del espíritu. De igual modo merecen mención las condecoraciones impuestas a dos intelectua­les de la ciudad, lo mismo que el aplauso cívico a uno de los más caracterizados servidores de la comunidad.

La llegada del segundo canal de la televisión es un he­cho destacable tanto por el beneficio en sí de este enla­ce, como por difundirse a los cuatro vientos la importan­cia de nuestra progresista región.

No siempre el pueblo había tenido facilidad para lle­gar a los espectáculos. Los licores y las boletas fueron controlados. Hubo sana alegría y además alegría económica. No ocurrió el me­nor incidente de sangre, cosa extraña en esta cita de multitudes, pero apenas consecuente con las medidas tomadas por las autoridades municipales y de policía.

Hay, en resumidas cuentas, un balance positivo que se debe, en primer lugar, al inteligente alcalde Hugo Gómez Gómez, y a la dinámica directora de Fomento y Turismo Nhora Villegas de Gutiérrez.

Después de las fiestas, a trabajar… Hay mucho por hacer. Se han despertado el sentido cívico, la vi­gencia de la cultura y el propósito de hacer una Arme­nia mejor. Esto último representa el mejor epílogo para la ciudad que ha tomado conciencia de sus propor­ciones.

La Patria, Manizales, 22-X-1980.

 

Categories: Quindío Tags:
Comentarios cerrados.